jueves, abril 07, 2011

Minicrónica de nuestra marcha



Ayer a las cinco de la tarde, en la Fuente del Pensador de la Alameda Zaragoza, en Torreón, un grupo de entre 150 y 200 ciudadanos caminamos y nos manifestamos contra la violencia irracional que se ha derramado sin control por el mapa de la patria. Fue un ejercicio abierto, sencillo, emotivo, una forma de meter a Torreón y Gómez Palacio (había amigos de Gómez también) en el contexto nacional de una jornada en la que, por primera vez en nuestra historia, se simultanearon manifestaciones públicas con un solo objetivo.
Fue grato comprobar que entre varios hombres y mujeres ya entrados en años caminaron y gritaron consignas muchos jóvenes que sin duda son la única fuerza capaz de propagar el entusiasmo. Creo además haber notado mayor presencia femenina, lo que no sería extraño si pensamos que el impulso político de las mujeres ha crecido en los años recientes.
El grupo se reunió en la Fuente del Pensador. A las 5:20 comenzó a caminar y dio una vuelta completa a la Alameda. Cuando todo parecía concluido, enrumbó por la Morelos hasta la Valdés Carrillo; allí dio vuelta a la izquierda y de inmediato otra para volver por la Juárez otra vez a la Alameda.. No era un tumulto, no era un río de gente que impresionara por número, pero sí porque ponía una muestra de voluntad y sentaba el testimonio simbóloco de que La Laguna estaba presente en en ese día de luto y protesta múltiples.
Al llegar de nuevo a la Alameda, tres o cuatro breves discursos, todos ellos espontáneos y dirigidos por jóvenes, fueron enunciados desde el borde de la fuente. Al oírlos, pensé en los años ya perdidos pero siempre necesarios de la adolescencia que muchos abandonamos hace tanto, aunque sin dejar del todo el sueño de construir algo mejor. Es, quizá, romanticismo, utopía, como le queramos llamar, no importa. Lo que importa es su sentido, lo que simboliza: el hecho de que, pese al bombardeo mediático del hedonismo, todavía nacen jóvenes con la garganta irritada por tantos y tantos tragos de injusticia.