miércoles, abril 18, 2007

Tangueando en Torreón

Tuve cuatro veces el deseo de escuchar los conciertos de tango ofrecidos por Raúl Jáquez y Rolando Gotés en el Museo Regional de La Laguna. Por una u otra razón no pude asistir ninguna de esas noches, pero el viernes pasado me di la escapadota y ocurrió lo que yo presentía: una presentación espléndida de dos músicos laguneros que con talento y trabajo logran lo increíble: acercarnos a la expresión artística más representativa de la Argentina como si en realidad oyéramos a dos porteños en lo suyo, tangueando.
Al menú musical de La Laguna debemos añadir entonces el jazz y el tango de estos dos artistas. Da gusto, porque si no abundan los jazzistas, menos quienes alguna vez han querido hacer del tango una posibilidad viva para nosotros. Ignoro si habrá más presentaciones, pero realmente sería grato saber que sí, que Jáquez y Gotés extenderán el plazo de sus recitales didácticos, una conjunción feliz en tierras como la nuestra, muy poco enteradas de toda la información que fluye en torno al tango.
Acompañados en la introducción al concierto por Adriana Vargas —quien leyó un esbozó contextual— los intérpretes luego despacharon trece tangos de los más sentidos. Antes de cada uno, Jáquez comentó detalles sobre los intérpretes, sobre las canciones y sobre los cantantes que las inmortalizaron. Según entendí, este concierto fue dedicado a recorrer parte del repertorio de Agustín Irusta, cantante rosarino de los más afamados en su país, pero poco conocido en el nuestro. De hecho, fuera de Gardel, de Lamarque y Rinaldi, creo que pocos tangueros son bien conocidos en México. A los nombres del zorzal y de aquellas dos grandes hay que agregar, sin duda, a Julio Sosa, a Edmundo Rivero, al Polaco Goyeneche, a Cacho Castaña, a Eladia Blázquez y a la mejor con faldas, Adriana Varela.
En tal nómina es indudable que debe figurar la voz aguda y como arrastrada de Agustín Irusta. Abaritonado, Irusta cantó “María” (un tango que seguido paladeo gracias a un CD de un tanguero joven llamado Julián David), “Por la vuelta” (que Julio Jaramillo hizo famoso en versión bolero), “Mano a mano” (de los más difíciles y que Gardel cantaba sin despeinarse), “Garufa” (de los más célebres), “Lo han visto con otra”, “Madreselva”, “Esta noche me emborracho” (un clásico), “Yira yira” (flor del desaliento), “Adiós muchachos”, “Rondando tu esquina” (también conocido entre nosotros gracias a Jaramillo), “Victoria” (nunca me ha gustado), “Sombras nada más” y “Malena” (fregón), tangos que revivieron en la voz, el fuelle y las cuerdas de Jáquez y Gotés. Creo que es una iniciativa muy estimable; ojalá continúe y ojalá podamos apoyarla.