sábado, agosto 22, 2015

Tres ceros inolvidables










¿Cómo puede caer tanto la economía de un país sin cambios sustanciales en su sistema político? ¿Qué factor hace que el verdugo de una nación continúe sexenio tras sexenio en el poder y ejecutando inocentes? ¿Hay una especie de síndrome de Estocolmo en la ciudadanía pese al transexenal secuestro de su bienestar? La única respuesta que tengo otra vez me hace pensar en grupos mafiosos, en delincuencia organizada para seguir vapuleando al mexicano.
En la semana que corre, dos textos periodísticos llamaron mi atención. Uno es lagunero y otro nacional, y ambos bordean el mismo asunto, éste: el criminal boquete que se le ha abierto al poder adquisitivo de los mexicanos en al menos cuatro décadas de saqueo.
En su artículo “En caída libre” (Milenio Laguna), Sergio Antonio Corona Páez, maestro de la Ibero Torreón, señala que “La pauperización ha sido un proceso continuo para los mexicanos. Nos hemos acostumbrado a la pobreza, a la crisis, a los constantes aumentos en los precios de todo y a la continua devaluación del peso. La supresión de los tres ceros de nuestra moneda en 1993 equivale a la extirpación de la memoria colectiva, a la desaparición de recuerdos políticamente ‘incómodos’, puntos de referencia para calibrar la verdadera magnitud del desastre económico que se ha venido gestando en México desde los años setenta”.
Y en su columna Dinero de La Jornada, Enrique Galván Ochoa anota: “El gobierno de Peña Nieto acumula ya una devaluación de 31.78 por ciento. En diciembre de 2012 con 12.90 pesos se podía comprar un dólar en ventanilla bancaria, ahora se necesitan 17 pesos. En otras palabras, la moneda nacional ha perdido un poco más de la tercera parte de su valor. Un dato sombrío: a partir de la devaluación de 1976, los gobiernos priistas y panistas han sido responsables de pulverizar nuestra divisa. En el sexenio de Echeverría la cotización era de 12.50 por dólar. Aparentemente no hay una gran diferencia con los 17.00 de hoy. Sin embargo hay que recordar que en el sexenio de Salinas de Gortari le dieron una manita de gato que consistió en quitarle tres ceros, de otro modo hay serían necesarios 17 mil pesos para comprar un billete verde. ¡La depreciación es de más de 100 mil por ciento!”
Ojo, dije saqueo y no errores de gobierno o fallas en las políticas públicas, esto para no dejar sembrada alguna duda que haga pensar en buenas intenciones de quienes nos han gobernado. No han sido pifias, sino calculada depredación de mafiosos lo que nos tiene hoy arrodillados frente al precipicio.