miércoles, mayo 21, 2014

Nuevo jale de Saúl





















Jales sobre habla lagunera (Torreón, 2014, 115 pp.) continúa la serie de publicaciones que Saúl Rosales ha redondeado en los años recientes, todas estrechamente vinculadas a su trabajo como periodista cultural en La Laguna. Me refiero a los libros sobre música clásica, teatro y, ahora, sobre peculiaridades del habla lagunera. A ellos debo añadir los dos que ha dedicado al personaje más importante de la literatura: Un año con el Quijote y El Quijote, periodistas y comunicadores. Tiene, por lo que sé, otro con acercamientos críticos a la literatura lagunera de reciente hechura, de manera que entre los seis (cinco impresos y uno por serlo) atravesamos los más importantes intereses del autor: la música, el teatro, el periodismo y la literatura.
El nuevo libro de Saúl Rosales contiene veinte piezas entre artículos y ensayos. Dado que en su origen ocuparon las páginas de suplementos, periódicos y revistas, todos son accesibles para cualquier lector. Lo único que Jales… demanda es, pues, un poco de interés, un poco de curiosidad, la misma que en términos generales un lector común puede tener por otras muchas materias, como la política o el cine.
Estuve en la presentación y fui testigo, precisamente, del interés que despertó en el público. Las palabras de los presentadores y del autor duraron tanto como la ronda de preguntas y respuestas, y eso asombra, ya que solemos ubicar las preocupaciones lingüísticas sólo entre aburridos especialistas de cubículo. Jales… dejó claro que la inquietud por el habla, por la palabra de la conversación diaria, despierta interés casi en cualquiera siempre y cuando tenga a la mano focalizaciones accesibles.
Estas focalizaciones accesibles son las que hace Saúl Rosales en cada una de las estancias que configuran Jales… Como él lo dijo, el origen remoto de estos acercamientos al habla lagunera se encuentra en su radicación foránea, que duró veinte años. Al regresar a La Laguna, Saúl pudo notar mejor las peculiaridades del habla lagunera en contraste con las del DF, lo que poco a poco fue registrado en artículos y ensayos que muchos años luego, o sea hoy, han sido recogidos en las páginas de Jales
Así como sólo es posible destacar rasgos de identidad por contraste con otras identidades, Saúl Rosales, corresponsal de la Academia Mexicana de la Lengua y actual director de bibliotecas en Torreón, reencontró las voces de su infancia y pudo anotar sus características. Este reencuentro y este acopio sirvieron para que luego despertara en otros, ahora lo sabemos con claridad, un apetito semejante. Por ejemplo, su ensayo “Herencia náhuatl en el habla lagunera” tiene un carácter de innegable precursor, dada la fecha de su escritura.
Jales… tiene, insisto, el tono de la filología amena, la misma que practicaron Arrigo Coen (en Para saber lo que se dice), José G. Moreno de Alba (en Minucias del lenguaje), Daniel Balmaceda (en Historia de las palabras), Ricardo Espinoza (en Por si las dudas) o Álex Grijelmo (en La punta de la lengua). Su importancia para nosotros, sin embargo, es otra y doble: vale porque trabaja con la arcilla de nuestra habla y vale porque, por eso mismo, ha sido aquí, y estoy seguro que seguirá siendo, detonante de otras exploraciones.