sábado, julio 03, 2010

Extraño Gómez Palacio



Aunque nunca he dejado de querer a Gómez Palacio, como lo expresé en “Laguna adentro”, un amplio poema-crónica que está punto de ser publicado en España, el título de esta entrega no quiere decir que siento nostalgia o añoranza, sino que Gómez es raro, anómalo, “extraño”; si hubiera sido lo otro, el título añadiría la preposición “a”, “Extraño a Gómez Palacio”. En fin, Gómez nunca deja de sorprenderme, pues allá se dan situaciones que muchas veces rebasan mi capacidad de asombro. Cito por caso lo diezmadas que quedaron sus finanzas tras el paso del huracán Rebollo, fenómeno meteorológico que derivó en San Lázaro y amenaza con volver. No creo que en el interinato de Mario Alberto Calderón se haya recuperado el terreno perdido, y basta ver la zona industrial para comprobar los grados lastimosos de retroceso padecidos por el municipio.
Recién me he enterado de dos desaguisados más. Con pruebas documentales, hemerográficas, tangibles e incontestables a la mano, sé que el teatro Alberto M. Alvarado cumplirá su cuarenta aniversario en 2011, pues fue pública y notoriamente inaugurado el 20 de agosto de 1971. Por más que se quiera rizar el rizo de las justificaciones, el hecho irrefutable es que tal día, el 20 de agosto de hace 39 años, fue inaugurado, razón por la que es improcedente celebrar en 2010 su “40 aniversario”.
El despropósito tiene tres posibles explicaciones: 1) por ignorancia; 2) por aritmética mal hecha y 3) por acelere electorero. En el primer caso, las autoridades que hoy festejan tal vez nunca supieron que los periódicos de aquel momento publicaron abundante información sobre la puesta en marcha del nuevo recinto; en efecto, entre el 20 y el 21 de agosto del 71 aparecieron notas y desplegados donde se pueden leer los plácemes empresariales por tan grato acontecimiento. A la usanza lambiscona de esos casos, los felicitados son el gobernador de Durango, Alejandro Páez Urquidi, y el alcalde de Gómez Palacio, Gustavo Elizondo Villarreal. En esos calurosos parabienes se comprueba que el inmueble fue inaugurado hace 39 años, no 40.
La segunda posibilidad de error tiene que ver con la aritmética. ¿A partir de qué día, mes y año han contado para dar con los 40 años? Si es desde 1970, es verdad que hay cuatro décadas hasta 2010, pero para afirmar eso es necesario tener un documento que certifique una inauguración en 1970. Quizá haya algo, una autorización para realizar la obra, una noticia sobre la conclusión de los planos o su semejante, pero en contra está la andanada de desplegados periodísticos que testimonia la inauguración de 1971. Tan fácil como ver un correlato: si el teatro Isauro Martínez ha cumplido ochenta años en 2010, es porque fue inaugurado en 1930. Igual, si el Alvarado abrió sus puertas en 1971, es hasta el 2011 cuando cumple su cuarenta aniversario.
La última posibilidad, el acelere por razones que emiten un tufillo electorero, puede ser vista como conjetura malintencionada. Aunque es la más tentadora, prefiero descartarla y esperar una rectificación de parte de las autoridades; si no la hacen, ¿qué va a celebrar en 2011 el venidero ayuntamiento?
Otro tema igual de enrarecido. Ayer cerró el plazo para la recepción de trabajos que aspiran a ganar el concurso de diseño del escudo gomezpalatino. Es, según sé, un intento más, entre varios, para lograr ese propósito. Dos detalles suenan por lo menos extraños: 1) que la convocatoria haya sido lanzada el 22 de junio de 2010 y cerrado el 2 de julio del mismo año; y 2) que las bases sólo hayan sido visibles en la web del ayuntamiento gomezpalatino. Las preguntas son obvias: ¿por qué un lapso tan breve para dar margen a la preparación de los trabajos de una obra que, nos guste o no, aspira a convertirse en un símbolo de la ciudad? ¿Acaso son enchiladas? ¿Por qué difundir una convocatoria tan importante sólo por un medio todavía inaccesible a la mayor parte de la población y en una web que no necesariamente va a ser visitada? Y hay más. La prisa también se nota en la atropellada sintaxis de las bases. Según dice, es la “segunda convocatoria, justificada por la atribución no autorizada y los parámetros fuera de lineamiento del jurado anterior”. ¿Qué significa eso? ¿A qué se debe esa escabrosa cautela retórica? Las bases son muy rigurosas, pero no lo son consigo mismas, como cuando dicen “ideosincracia” o que los trabajos no pueden ser copias ni “ha ver participado en otro concurso”. Más adelante, afirma que “Los resultados seran (sic) publicados en los medios de comunicación regional (sic) el día 11 de julio de 2010”. ¿Por qué la convocatoria no fue difundida en los medios de comunicación re-gio-na-les y los resultados del certamen sí lo serán? Sobran las preguntas ante una convocatoria tan poco escrupulosa, tan apresurada y anómala, una convocatoria que parece desdeñar el respeto que merecen los gomezpalatinos y los símbolos de su ciudad.