jueves, junio 10, 2010

Machos y mundial



Hace veinte años era inimaginable la cantidad de aficionadas al futbol que podemos ver hoy. El fut, pues, ha dejado de ser rollo de puros machos y ahora lo compartimos casi por igual las tuercas y los tornillos. Y digo “casi” para aclarar que en efecto lo siguen más hombres, pero ahora son muchísimas las mujeres interesadas en la droga de las patadas. Pese a ello, la imagen del machismo futbolero sigue vigente, tanto como si no hubiera cambiado nada en los años recientes. Por estas fechas, un comercial de cerveza Sol trabaja con tal idea; es ingenioso, pero da la impresión de que las mujeres siguen atadas al paradigma de la indiferencia futbolera. En diferentes y veloces cuadros se ve la escena de varios novios que piden un lapso de separación a sus parejas, para pensar mejor en la relación, tal y como lo hacen los enamorados cuando tienen dudas sobre el camino que está siguiendo el noviazgo; las mujeres preguntan qué tanto tiempo desean que se enfríe el vínculo, y ellos responden, sin añadir más, aunque simulando duda: “Pues no sé, como un mes, del 11 de junio al 11 de julio más o menos”, con lo que dejan ver, sin decirlo, su deseo de no ser perturbados por sus novias durante el mundial.
Creo que ya no es necesario llegar a tanto, pues son muchas las mujeres que abrirán junto a los machos el más amplio paréntesis a la enajenación total que conoce la humanidad. No será necesario, por ello, el reglamento que me llegó al buzón como cadena. Lo traigo porque en él se advierte lo que quizá anhela todavía el imaginario macho: que el futbol sea sólo cosa de nosotros, pues sigue sonando extraño que las mujeres se sumen a este fanatismo supuesta y exclusivamente viril hasta que las mujeres vinieron, desde hace como veinte años, reitero, a participar del mismo embobamiento.
El reglamento, como todas o casi todas las cadenas, fue escrito con las futboleras patas; he aquí la versión que he retocado:
Atención, mujeres. Durante el mundial deben tener en cuenta lo siguiente: 1. Hacer las compras del mercado y el súper fuera de los horarios de partidos y/o repeticiones de los mismos. 2. Leer la sección deportiva para que tengamos tema de conversación; si no lo hacen, no se extrañen que no se les hable durante ese mes. 3. Durante el mes entero la tele es mía, a todas horas, sin excepción. El control, ni lo miren. 4. Si tienen que pasar frente a la tele durante un partido, pueden hacerlo, siempre que sea gateando y sin distraer o hacer ruido. 5. Durante los partidos soy sordo y ciego. No esperes que te atienda, escuche, mire, abra la puerta, conteste el teléfono, vea al niño que se cayó del segundo piso, salude a tus parientes, haga las compras, apague el incendio de la cocina, etcétera. 6. Deberás aprovisionar el refrigerador de cervezas y sonreirás si viene un amigo a compartir unas horas de futbol. 7. Si me ves molesto porque el equipo de México va perdiendo, no me digas “No es para tanto” ni tampoco “Seguro ganan”. Sólo harás que me encabrone más. 8. Puedes sentarte a ver un partido conmigo y podrás hablarme, pero sólo durante los comerciales del entretiempo (eso es cuando en la tele no se ve a los jugadores). No se te ocurra hacer comentarios técnicos, tampoco abuses. ¡No te expongas! 9. Las repeticiones de los goles son muy, muy importantes. No importa si ya los vi antes, o si los sé de memoria. Los quiero ver de nuevo, muchas, muchas, muchas veces. 10. Que no se le ocurra a ninguna de tus amiguitas casarse, bautizar, enfermarse, organizar reuniones o cenas, y menos visitarnos; menos aún los días de semifinales y jamás el día de la final. 11. Sin embargo, si un amigo nos invita a ver el futbol, en el bar o su casa, qué maravillosa invitación. Iremos sin dudarlo. No importa si nos llama a último minuto. 12. Los resúmenes de los partidos durante la noche son tan importantes como los juegos mismos; no se te ocurra decir: “Pero si eso ya lo viste, ¿por qué no le cambias?” ni “¿No te aburre ver a cada rato lo mismo?”. 13. Para el día de la inauguración y el de la final, deberás preparar una comida especial, comprar cerveza y mandar a los chicos a casa de tu madre. Deberás quedarte en casa para servir los sandwichitos, cortar el salami, abrir las cervezas y servir las cubetas. 14. Finalmente, ahórrate expresiones como: “¡Qué bueno que el mundial es cada cuatro años!”, “¡Felizmente sólo dura un mes!”. Estoy inmunizado a esas expresiones de mal gusto.