sábado, septiembre 26, 2009

AC-DC, cambio por dolor



Tras muchísimos años (cerca de treinta) sin saber nada sobre él, he recuperado la amistad de Armando Mier Gutre, compañero de la secundaria. Gracias a internet pudo localizarme y yo, a su vez, tener noticias sobre sus peculiares andanzas. Luego de los tres años en los que convivimos dentro de las aulas, Armando viajó a la ciudad de México, donde hizo la prepa y la carrera. Después, sin más, abrazó su máxima pasión: el trotamundismo, lo que determinó su primer viaje al extranjero. Estuvo en Francia, en Polonia y finalmente en Finlandia, donde desarrolló un gran conocimiento de la lengua nativa. Posteriormente pasó a Austria, tuvo una brevísima estancia en Rumania y al final se estableció durante una larga temporada en Hungría, donde también aprendió los secretos del idioma local. Fue allí donde conoció, me informa, al maestro Lazlo Skltürtğkjc, quien diseñó el método motivacional que paso a describir.
A diferencia de los otros procedimientos usados para despertar a los modorros, el método del profesor Skltürtğkjc no apela, digámoslo así, a las caricias, sino al dolor. En efecto, el curioso procedimiento podría ser denominado, en español, AC-DC, lo que vendría a significar “Activación del Cambio por medio del Dolor y el Coraje”. Así pues, en lugar de motivar a las personas con discursos convencionales del tipo “tú puedes”, “siempre sonríe y la fuerza estará contigo”, “sé líder”, “busca la excelencia”, “vence los obstáculos”, “suéñate mejor cada día”, “nadie hará por ti lo que tú no hagas” y todo eso, el profesor Skltürtğkjc ha diseñado planteamientos que basan en la agresión el ideal de transformar al hombre, de mejorarlo.
El método, por supuesto, está sólidamente apoyado en una teoría. Según el profesor Skltürtğkjc, la evolución del hombre se ha cimentado sustancialmente en la agresión. Esto significa, observa, que desde su aparición sobre la tierra, el ser humano ha convivido con la hostilidad: de los elementos, de las fieras, de la incertidumbre y, principalmente, del propio ser humano. No han sido caricias, entonces, las que han estimulado el progreso de la humanidad, sino lo contrario: adversidades de todo signo, riesgos, insultos de la naturaleza, persecuciones de las bestias y permanentes luchas entre los hombres que han sido los más feroces lobos de los mismos hombres.
El profesor húngaro desprende de esa noción todo su método motivacional. Señala que los procedimientos “blandos” (así los denomina) no logran influir de manera determinante en el cambio del ser humano, dado que todo hombre tiene cierta información “arcaico-genético-espiritual” que se niega a aceptar los cambios si antes no hay una presión o una determinada forma de hostilidad. Por ello, el diseño del método AC-DC es tan extraño y en apariencia inviable. El profesor Skltürtğkjc lo ha expuesto en un cuadernillo escrito en húngaro, pero todavía no volcado al castellano. En esa tarea se ha involucrado mi ex condiscípulo Mier, quien me ha hecho algunos generosos adelantos de su trabajo. Hemos acordado que, cuando la versión en español esté lista, me encargará un prólogo, lo que acepté no sin algunos titubeos. Mi vacilación se fundamenta en que, sea cual sea el método, no creo en los cambios abruptos, en los “inspiradores” o “motivadores” o “merolicos del alma” que ahora abundan y repudio. Pero algo diferente, creo, muestra el profesor Skltürtğkjc, así que por lo pronto acepté fungir como potencial prologuista de su método en nuestro país.
Sé que las explicaciones no bastan para aclarar el asunto. Doy, pues, un brevísimo ejemplo. Para motivar a un empresario arruinado, dice: “Será imposible que hagas algo bueno en los negocios, animal. Estás condenado a la mediocridad, todo te saldrá mal. Convéncete: eres un pobre diablo, un fracasado. Abandona tus proyectos y ya, despídete del éxito con el que tanto has soñado inútilmente”. Según el profesor Skltürtğkjc, no hay empresario que no despierte con ese amargo tónico. Me declaro incompetente para asegurarlo.