jueves, noviembre 06, 2008

Saldo calavérico



Esperaba, soy franco, dos o tres participantes, pero la broma convocó a varios calaveristas. En total llegaron doce trabajos, lo que me parece una buena friolera dado que sólo dispusieron de dos días para acuñar el puñado de versos que forja una calavera más o menos convencional. Como detalle curioso, comento que un lector (Luis Rayas) me hizo ver cierto disparate de la convocatoria. Es el riesgo de las prisas. Dije allí que el certamen quedaba abierto hasta las “23:00 horas del 31 de noviembre”. Había escrito originalmente “1 de noviembre”, pero cambié de opinión y añadí un 3 al 1, o sea, 31; lo que no cambié fue el mes, es decir, de noviembre a octubre, y así cometí el desaguisado de inventarle un día al calendario gregoriano.
Muchas de las calaveras cuadran bien y tienen encanto satírico; algunas son excelentes, pero muy largas y desbordan la solicitud de la convocatoria en cuanto a la extensión. Sin orden de importancia, estos son los participantes que se ajustaron a la convocatoria (sobre todo en el aspecto formal) y ganaron. Quiero dar, sin embargo, un librito de mi autoría a los otros nueve participantes que jugaron buenamente con su ingenio.
Los ganadores son (aquí entran unas fanfarrias al estilo del Tío Gamboín) Jorge Sánchez, con esta calavera sobre la primera profesora de la nación, Elba Esther Gordillo:
En su Hummer se paseaba
la muy calaca maestra
a los niños asustaba
con su cara tan siniestra.
Ya se la cargó el payaso,
ya se la llevó al averno
a dar clases a Madrazo
y acomodar a su yerno.


Javier Rodríguez Villa, con una calavera sobre José Ángel Pérez, alcalde de Torreón:
No te escapes a tu suerte
a José Ángel le gritaba
era la voz de la muerte
que por aquí lo buscaba.
En amplio ecobús moderno
lo lleva como una tromba
al dejarlo en el averno
un abra tendrá por tumba

Y Luis Rayas, con una sobre la legendaria tozudez del Peje:
¡Ya cállate, chachalaca!
gritó bravucón el Peje
cuando llegó la calaca
a recoger al hereje.
La parca lo dio por muerto
y grave error cometió
como es el grillo más terco
más vivo resucitó.

Por correo electrónico me pondré en contacto con los participantes, a quienes agradezco y ruego que no tomen tan en serio el resultado. Es más botana que otra cosa; además, ninguno trazó calaveras tan malas, fallidísimas la verdad, como las perpetradas por Miguel Mery Ayup.
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Terminal
En nuestra gustada sección “Pleonasmos inmortales”, va: Me comenta Gerardo García que oyó en la tele a Paquita la del Barrio. La cantante, enemiga pública número uno de los machos hijos de perra, acuñó un pleonasmo encantador: para referirse a un hombre que la trató mal (es el tema de todas sus interpretaciones), disparó: “¡Adefesio mal hecho!”. Desde entonces, supongo, hay adefesios bien hechos.
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Nota del editor: adorna este post un dibujo de Aitana, mi hija (siete años), elaborado en su curso de artes plásticas con la maestra Tere Hernández, del Icocult Laguna. El título de la obra es, precisamente, "Tres calaveras".