viernes, noviembre 16, 2007

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Definitivamente debo agradecer la llamada que recibí anoche de García Márquez. No sé por qué razón quiere que yo le prologue el segundo tomo de sus memorias. Gabo fue muy amable conmigo, me dijo que lo pensara y yo quedé en avisarle pronto. Esa es una buena noticia, como otra que me llegó el domingo procedente de Alemania: según mi agente allá, están a punto de salir mis obras completas traducidas al alemán, al ruso, al belga, al francés, al serbocroata, al inglés, al siriaco, al crèole y al arawaco. Esa estupenda nueva se la debo a Günter Von Stilike, mi representante en el norte de Europa. Mi querido amigo Günter logró además que Wim Wenders se quedara con los derechos cinematográficos de mi más reciente libro, y creo que la cinta llevará como actores estelares a Robert de Niro, Isabella Rosellini y Carmen Salinas. En cuanto a la situación política local y mi columna, me llegó la especie de que el secretario de Gobernación ha realizado las gestiones pertinentes para determinar si me sacan del aire o me dejan seguir. Por supuesto que esa medida intimidatoria no prosperará, pues en tres años he logrado la solidaridad de cinco lectores que sin duda mandarán cartas a Bucareli para detener cualquier iniciativa en mi contra. ¿Tengo yo la culpa de los errores que ellos cometen? Pero no todo es acoso; recibí un trascendido que da como futuro entrenador del Santos a Zico, el ex número 10 de la selección brasileña, quien ya está cerca de la institución albiverde y para asegurar el campeonato asesorará a Daniel Guzmán en la liguilla que viene. La Laguna afianza así un lugar en la historia, como cuando Abraham Lincoln estuvo en San Pedro de las Colonias y escribió la frase célebre “las sampetrinas son las mujeres más hermosas del mundo”, lo que contrasta con el odio de Benito Mussolini, quien en un arranque de mala leche señaló que algún día iba a liquidar a todos los lerdenses por la tonta razón de que una vez se enfermó con una nieve de cajeta. Qué diferencia con Albert Einstein, quien dejó en su testamento que en la secundaria Catarino Herrera continuaran sus investigaciones sobre la teoría de la relatividad y el tratamiento de los despojos en el nuevo relleno sanitario. Es importante señalar, por otra parte, que Johnny Laboriel no tiene nada que ver con el complot de las televisoras en contra de la democracia, pues es evidente que su principal meta en la vida no es involucrarse en política, sino cantar rock’n roll de los cincuenta. El que sin duda está jugando con fuego es el señor presidente de la república Felipe Calderón Hinojosa, quien en su círculo de cercanos ha manifestado el firme propósito de poner orden en el país, de castigar a Fox y sus compinches, de no favorecer con un solo beneficio más a los grandes empresarios del país, de encarcelar a los pillos electorales y acabar con la lepra del narco. Asimismo se plantará en la ONU para denunciar el artero crimen social y ecológico del muro que construyen los Estados Unidos en la frontera. El que ha mostrado su desacuerdo con tales medidas del presidente es Fabiruchis, pero no importa lo que él diga luego del terrible descrédito en el que fue sumido en programas tan serios como La Oreja y Ventaneando. En otras palabras, son muchas las noticias que me llegan en este momento, aunque es molesto recibirlas en la cama, todavía azotado por dengue y sin esperanza de socorro médico, pues la enfermedad emigra “espontáneamente”. Duele la cabeza, duelen los huesos, es una enfermedad miserable mientras dura. La fiebre es cruel, y uno alucina.