sábado, agosto 04, 2007

Sobre Gengis Hank



Hoy apareció en La Opinión este excelente comentario sobre Gengis Hank, el candidato de lujo que tiene el PRI en Baja California. Imposible no darle la razón al columnista lagunero.

El voto de las "mascotas"

Gerardo Hernández

El español Gaspar Melchor de Jovellanos escribió en el siglo XVIII que “Los pueblos tienen el gobierno que se merecen”. Dos centurias después, el francés André Malraux corrigió: “Los pueblos no tienen los gobiernos que se merecen; tienen el gobierno que se les parece”.
Sólo un pensador y activista con la sensibilidad y experiencia del autor de “La condición humana” podía llegar a semejante verdad. Bajo ese principio, a un pueblo culto corresponde un gobierno culto; el inglés, por ejemplo. Y a pueblos corruptos, desidiosos, gobiernos que también lo son, como… hay muchos.
Antes de ocupar las carteras de Información y Asuntos Culturales en el gobierno de De Gaulle, Malraux combatió en la Guerra Civil Española para las Brigadas Internacionales, es decir, al lado del ejército republicano; más tarde se incorporó a la Resistencia francesa contra Hitler. Su posición frente al fascismo, movimiento que al principio se tomó como algo anodino hasta que horrorizó al mundo por su crueldad, sustenta la crítica a los pueblos reflejados en los grupos que los gobiernan. Ya lo he escrito otras veces, pueblo que no se aprecia a sí mismo no puede aspirar al respeto de otros. Menos cuando, en sistemas democráticos, tiene la posibilidad de cambiar de gobernantes. Mas si la sociedad no se eleva, difícilmente logrará que sus autoridades adquieran otra estatura. Ello explica, en buena medida, por qué México no avanza al ritmo de otros países que rompieron el monopolio político o salieron de dictaduras de derecha e izquierda para progresar.
En México se pensó que la alternancia, por sí sola, obraría milagros. En esa tesitura, Baja California acudirá mañana a las urnas a elegir gobernador, Congreso y ayuntamientos. El estado es simbólico pues la oposición dio allí el primer paso hacia la Presidencia de la República. Acción Nacional gobierna la entidad desde 1989 y podría perderla en unas elecciones que se anticipan reñidas, lo cual significaría un retroceso. No porque un partido deba perpetuarse en el poder, algo contra lo que el PAN luchó desde su fundación, sino por la calidad del candidato del PRI, Jorge Hank Rhon.
En la competencia política, los pueblos deben aspirar a mejores gobiernos y Hank representa una regresión a lo más espurio de la política. No sólo es vulgar, sino repulsivo, un pícaro de siete suelas al que se asocia, sea cierto o no, con las mafias del juego y de las drogas. Gente así, por rebosantes que sean sus carteras, desprestigian a cualquier partido y denigran a los pueblos que llegan a gobernar.
La personalidad de Hank la resume una de sus frases favoritas —si quiera su padre era fino, respetuoso e inteligente, aunque no demócrata—, cuando dice que su mascota preferida (“animal de compañía” en la segunda acepción del Diccionario de la Lengua Española) es la mujer. Y mujeres forman la mitad del padrón electoral de Baja California. Un eventual triunfo del hijo del profesor ni al PRI conviene. Por eso estoy seguro de que perderá, aunque en democracia se supone que la historia se escribe en las urnas.