sábado, agosto 11, 2007

Lamentable éxodo



Está para llorar la nota que ayer publicó El Universal sobre el éxodo de mexicanos preparados. No sólo, entonces, son los miles de compatriotas en situación de extrema precariedad los que por esa razón, con una mano adelante y otra atrás, armados sólo con sus uñas y sus esperanzas, se ven obligados a dejar el suelo de origen para tratar de revertir la penosa condición de no tener prácticamente nada, ni siquiera para comer. También, como expone el cable periodístico, decenas de mexicanos con estudios, competentes en actividades no propiamente físicas, muchos de ellos recientes egresados universitarios, salen en busca de algo más que empleos ruines y bajos salarios, lo que convierte a México en una máquina expulsiva verdaderamente notable.
El hecho es, más que triste, lamentable y gravoso, pues suma una pérdida más al ya de por sí deficitario estatus de nuestra realidad laboral. Esto, explicado de otra forma, permite inferir que la inversión económica que demandó educar a 225 mil jóvenes no deriva al final en un beneficio directo en nuestro entorno. Así, los jóvenes abogados, ingenieros, administradores o médicos cuya educación costó al erario del país, terminan aplicando sus valiosos conocimientos en latitudes ajenas al contexto que los preparó, lo que se convierte en una pérdida para nosotros y, a la corta, en una ganancia de los países que aprovechan el talento que no ayudaron a cultivar.
No se trata, es obvio, de cerrar a rajatabla la posibilidad de que los mexicanos jóvenes con estudios superiores aspiren a salir y al final lo hagan, pues la dinámica del mundo auspicia hoy ese fenómeno como en ningún otro momento de la historia. Lo terrible es que sean la falta de oportunidades, la magra creación de empleos bien remunerados y las pobres estrategias gubernamentales en el diseño de políticas que favorezcan al joven egresado las que empujen inexorablemente la estampida de quienes en una mejor circunstancia deberían quedarse aquí y aquí dejar el valioso fruto de su preparación.
Planteado en un foro que sirvió para conmemorar el Día Internacional de la Juventud, el representante para México del Fondo de Población de las Naciones Unidas, Arie Hoekmam, fue acompañado por Cesar Garcés, encargado del Consejo Nacional de Población, quien señaló que “aunque en México actualmente hay 20 millones de jóvenes entre 15 y 25 años de edad, en el futuro cercano la pirámide demográfica cambiará, de manera que deben realizarse programas de largo plazo que permitan a ese sector insertarse eficazmente en la sociedad y construir mejores condiciones hacia los próximos años”. Sí, urge hacer algo con los jóvenes antes de que se pierdan en el ocio o en el silencioso éxodo hacia las oportunidades.