domingo, marzo 04, 2007

Nostalgias de Paulín

Integrante titular de la Camerata de Coahuila, Jorge Paulín tiene más de una década de radicación lagunera. Junto a su importante participación en nuestra más emblemática agrupación musical, Paulín ha diversificado sus preocupaciones y, entre sus recientes afanes, ha desempolvado una numerosa cantidad de vetustas partituras. Esto ha sido una labor de anticuario e historiador musical, pues las susodichas composiciones tienen la espléndida peculiaridad de haber sido escritas aquí, en La Laguna, y acaso fueron ejecutadas, algunas hace más de un siglo, sólo para el público local y luego quedaron ocultas bajo la pesada sombra del olvido.
Paulín me ha compartido amablemente la primicia de un disco compacto donde grabó, en versiones todavía no profesionales, sólo 22 de las muchísimas composiciones que ha logrado arrebatar a las garras del pretérito. Me advirtió con modestia que la calidad de cada grabación no es la óptima, pero todas dan ya una idea muy clara de las piezas que muchos compositores escribieron para agradar a los primeros pobladores de La Laguna en su etapa, digamos, cosmopolita, cuando a finales del XIX llegaron a estas tierras muchos inmigrantes que se amalgamaron culturalmente con las etnias locales, las primigenias fundadoras de La Laguna.
El catálogo/muestra preparado por Jorge Paulín es sumamente atractivo. Enumero algunos de los temas (todos tienen una duración que oscila de los 3:42 a los 1:28 minutos): “El 7 de mayo”, vals, Luz Ulloa, 1899, Lerdo, Dgo. “¡Salud, primas!”, danza, Ramos Yllescas, 1903, Sacramento, Coah. “Intermezzo”, Antonio Gallardo, 1909, San Pedro, Coah. “Viaje feliz”, marcha, Juan Yllescas, 1918, Torreón, Coah. “Francisco Vigil”, pasodoble, Martín L Martínez, 1926, Torreón, Coah. “Bové”, tango, Mena/Anaya, 1927, Torreón, Coah. “Pobre madre”, tango, Martínez Serrano, 1927, Torreón, Coah. “Canción lagunera”, José Rangel y José Anaya, 1929, Torreón, Coah. “Ofelia”, vals, De Santiago/De la Croix, 1932, Torreón, Coah.
Con estas y otras piezas el maestro Paulín ha ideado un programa en el que convergen valores estéticos e históricos. Su título tentativo es “Nostalgia de La Laguna”, y según me ha dicho piensa complementarlo con cuadros escénicos (luces, vestuario, decorado, moblaje) que remitan a las diferentes situaciones a las que se refiera cada pieza. Es un proyecto ambicioso, lleno de novedad y encanto. Por esa razón, Paulín ha emprendido al mismo tiempo, mientras pasa en limpio las partituras y las ejecuta “en borrador”, la localización de apoyos económicos que inscriban todo ese esfuerzo en los festejos del centenario. Ignoro sus avances al respecto, pero con franqueza anticipo que me daría mucha lástima imaginar que un programa con las bondades ya descritas pudiera quedarse sólo en obra negra.
No será así, espero, pues Paulín me ha comentado que alguno de los comisionados centenaristas tiene el interés de ver por el auspicio del proyecto. Creo que, si cristaliza, para el público local será una oportunidad impar de ver y oír, sobre todo oír, la música viva que escucharon los primeros pobladores occidentalizados de estas tierras, es decir, una de las manifestaciones de convivencia social más cohesionadoras. Las piezas que Jorge Paulín ha rescatado son, para decirlo pronto, uno de los mejores proyectos que se puedan proponer a la celebración del centenario. Desaprovechar ese rescate sería un craso yerro. Esperemos que todo cuaje tal y como lo ha planeado el cellista de la Camerata, a quien por cierto podemos solicitar más información, u ofrecer apoyo, en jorge_paulin@msn.com. Aseguro que su trabajo es muy meritorio.